Salud mental

INTEGRANTES:  Sandra Spampinato (coordinadora), Guadalupe Yuliano, Sol Argüelles Goya, María Sol Aquila, Victoria Masi, María Victoria Díaz, Julieta Zugasti, Juan Manuel Zorzoli, Irina De Simone, Julieta Rocío Fernández , Daniela Testa.

FUNDAMENTACIÓN:

Dentro del campo de la salud -aunque de algún modo marginal-, la salud mental ha sido considerada dentro de un amplio espectro, que va tanto desde una perspectiva biologisista a una perspectiva de derechos; pasando por las distintas conceptualizaciones teóricas que dan un abanico de posibilidades respecto a los tratamientos del enfermo mental.

Las categorías biomédicas utilizadas en salud mental tienen su base en la representación social de la locura, categoría social que engloba una gran cantidad de comportamientos considerados desviados de la norma.

El campo de la salud ha sido organizado de acuerdo a una visión positivista, de manera fragmentada, en distintos campos y especialidades e instituciones y profesiones diversas. Dentro de este variado escenario, las problemáticas relacionadas con los vínculos sociales y afectivos, con la organización del discurso, los consumos problemáticos; en definitiva, todas aquellas formas de ser y de estar en el mundo consideradas disruptivas o fuera de la norma se comprenden y se conducen hacia el campo de la salud mental.

En tanto el proceso salud- enfermedad está determinado por factores biológicos, sociales y económicos, las distintas estrategias para abordar la atención de la salud mental han estado determinadas, en gran parte, por los modelos de las políticas públicas imperantes en cada momento histórico.

En la Argentina, el reconocimiento de los derechos humanos de las personas con padecimientos mentales se convirtió en el eje fundamental de los marcos jurídicos, a partir del proceso inaugurado con la sanción de la Ley N°448 de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires y continuado por la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657.

Ambos marcos jurídicos legitiman un paradigma alternativo al tradicional en torno a los problemas de salud mental de la sociedad y disponen la transformación del sistema para favorecer la inclusión social y el acceso a los derechos de los usuarios. Proponen, no sólo desactivar las prácticas asilares y crear nuevos dispositivos,  sino también un cambio en la manera de entender el padecimiento mental.

Dichas leyes promueven la equidad, la igualdad y el resguardo de los derechos ante las situaciones de desigualdad y desamparo social y definen la salud mental como un proceso “determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social…” (art.3).

En sintonía con los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, establecen abordajes interdisciplinarios e intersectoriales que propicien la participación social, cultural y económica de las personas con padecimiento mental.

Los procesos de construcción de cuidados en salud constituyen un tema de interés cada más relevante en las ciencias humanas y sociales en general y de la salud colectiva en particular. Las transacciones de elementos materiales y simbólicos que se ponen en juego en los procesos de salud-enfermedad-atención-cuidado, entre las familias, el Estado y el mercado, delimitan el  problema  de los cuidados en diferentes contextos de experiencias y significados socio políticos,  que ponen en tensión los límites de la satisfacción en materia de  bienestar y de salud.

Desde este enfoque, se considera la intervención de la terapia ocupacional en el campo de la salud mental desde una perspectiva integral, que puede incluir un amplio abanico de técnicas y de enfoques,  conducida por el enfoque de derechos humanos propuesto y dispuesto por la Ley Nacional de Salud Mental.

Comprender los procesos de inclusión / exclusión social, los determinantes sociales de la salud, considerar los procesos históricos de menosprecio social que atraviesan a los individuos y colectivos con sufrimiento psíquico se vuelve una tarea indispensable.

PROPÓSITO: 

Promover los intereses de la profesión en los diversos escenarios y ámbitos de inserción en el campo de la Salud Mental.

EJES ARTICULADORES DE LA ACCIÓN:

Se han planteado los siguientes ejes articuladores para delinear y establecer los objetivos del Capítulo, en tanto proponen dimensiones a partir de las cuales organizar las acciones:

  • Político.
  • Organizacional.
  • Desempeño profesional en el campo de la salud mental.
  • Producción /promoción del conocimiento.

Objetivos:

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